martes, 24 de noviembre de 2015

Textos Ganadores. 7º Reto Anónimo Mensual: La imagen

7º Reto Anónimo Mensual: La imagen
REVISTA SEMANAL DEL RETO

Texto Ganador en Verso

(48 puntos)


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Me llevo algunos recuerdos buenos, son muy pocos… dos o tres;
los otros te los dejo de presentes; soy generosa, ya ves.

Me voy con la música a otra parte,

te dejo los vinilos, los pendrives y los CD.

Me llevo las ganas de besarte que tantos días lloré,
esperando te dignaras a inclinarte,
como una bailarina de ballet, tratando de alcanzarte,
sosteniéndome en la punta de mis pies.

Te dejo tus insípidos abrazos,
la parte de la cama que ocupé
el olor a mentiras refinadas,
… la maleta no pesa casi nada,
aún estoy pensando qué meter.

Mi alma se cubrió con poca ropa, vine desnuda, y así me iré.
Tampoco quiero que repartamos los regalos,
no quiero seis vasos, ni seis platos,
ni doce horas de aquel reloj de pared,
donde vi pasar tan lento el tiempo
esperando… no sé qué.

Lo que sí me llevo es la experiencia,
espero que me sirva para otra vez;
y también los poemas que escribí mientras lloraba,
son tinta emborronada, difícil de leer.

No quiero cargar caricias huecas, alguna cena fría,
algún perdón después…

En fin, me marcho bien ligera
y con los pies dispuestos a correr.

No te preocupes si se me olvida algo,
puedes donarlo
… pues no pienso volver.

Ina Molina Pérez

Texto Ganador en Prosa
( 39 puntos)

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Y no puedo evitar dejarme llevar por aquella mecedora que tantas veces balanceó sus sueños… No puedo dejar de sentir y acurrucarme apretando esa almohada contra mi pecho…aquella de terciopelo azul cielo, que me cosió con sus ya cansadas y manchadas manos… No puedo evitar rememorar con mis recuerdos a esa mujer que luchó hasta el final… Aquella que me llevó elevándome el alma, que encogió mi corazón bajo el sonido de su voz serena mientras me llevaba por esas callejuelas con maletas de lágrimas y sonrisas llenas… Hoy, abro el joyero de nácar y sujeto entre mis dedos su camafeo…y de pronto, es como si el tiempo me regalara ese momento en el que la escuchaba atenta… Viajé con ella a cada trocito de este mundo al que fueron destinados. Mi abuelo vestía de uniforme, y ella, cosía miles de caminos que afrontar y superar con sus tres hijas a cuestas.

Y llegaron las sirenas, el cielo en su espeluznante sonido de aviones con sed de guerra…todos corrían a refugiarse; aquel joven y fuerte muchacho la ayudaba con sus hijas. A mi abuela le faltaban manos en esa carrera por llegar a aquel lugar seguro, bajo tierra. Él, siempre cogía en brazos a mi madre “era su preferida “pero aquella vez…mi abuela no soltaba su manita…algo le impedía hacerlo, algo la impulsó a decirle al muchacho que corriera sin ella…

Aún puedo sentir su mirada infinita cuando me contaba lo que sucedió aquel día; bajaban la escalinata sin apenas ver donde ponían los pies. Él insistía, tiraba del brazo de mi madre, pero por alguna razón mi abuela no la dejaba ir, apretaba con fuerza su pequeño cuerpecito junto al de su hermana…esa vez, no pudo, no quiso... Y corrió, corrió con ese amor extraordinario de una madre que intuye, que presiente, corrió…

Y sonó ese sonido atroz…el muchacho fue alcanzado, muriendo en el acto…

Hoy, con su camafeo bailando entre mis dedos, miro a ese cielo que junto al amor, coraje e intuición de una madre, sentenció que yo viviera…y viajo…de nuevo viajo junto a mi abuela…

Ginebra Blonde

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