jueves, 25 de febrero de 2016

Textos Ganadores. Reto San Valentín: Un canto al amor


Texto Ganador en Prosa
(30 puntos)

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Mis ojos despertaban apenas a la vida consciente, cuando se cruzaron contigo por primera vez. Fue mi triunfo enganchar tu mirada y despertar esa sonrisa tan tuya: abierta, sincera, perfecta. Sentí algo nuevo, desconocido hasta entonces, que sacudió los cimientos del edificio que estaba construyendo mi joven personalidad. Compartimos pandilla y conectamos instantáneamente. 
En aquella época mis pueriles letras garabateaban todo papel que caía en mis manos: un cuaderno de clase, una entrada a un concierto o una servilleta de cualquier bar, confesando entre líneas ese amor recién nacido. 
Y como todo bebé creció y creció. 
En la universidad nuestras jornadas eran alegres, motivadoras; nuestra juventud, soñadora y audaz; nuestros gestos, cómplices; y mi confidente, el diario que me regalaste.
Casi sin darnos cuenta entramos en la vida adulta. Aquel florido mayo, esperando sonriente junto a tu madre, eras el novio más guapo que jamás había visto. No pude evitar que una lágrima rodara por mi cara.
El imparable discurrir de los días te convirtió en un perfecto padre de familia, triunfador en tu carrera, e incondicional y leal amigo. La madurez te sentaba bien, incluso aquellas canas en tus sienes. Todavía sentía mariposas en el estómago. Sencillamente creo que la primera vez que te vi, decidieron quedarse a vivir ahí para siempre.
Hoy percibo tus hombros más caídos, tu figura ha menguado unos centímetros y tu voz es algo más débil. Por tus manos transcurren azules ríos de experiencia y en tu frente serpentean los caminos recorridos. Pero ¡ay! tu sonrisa es la de siempre. Cuando asoma a tu cara deja escapar notas musicales, corazones y brillantes estrellas. Es el santo y seña en toda puerta que desees abrir, especialmente la de mi cansado corazón, que como árbol perenne sigue dando frutos cada verano que nos indulta la vida.
El diario está lleno. Escribo hoy en el reverso de una imprescindible receta: <He sido feliz contigo… aunque no fui la novia que te esperó en el altar, ni la madre de tus hijos. Soy tu mejor amiga, tu fiel consejera. Y tú, mi único y sempiterno amor… platónico >

Ina Molina Pérez



Texto Ganador en Verso
(28 puntos)


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(Leer comentarios en el grupo Territorio de Escritores)

Y recuerdo de niña cada noche
Cuando mi madre te nombraba
-En cada una de las esquinas de tu cama
-decía…
Y entonces la creía 
Dormía bajo el cobijo de tus alas 
No había día que no te imaginara
Que no soñara con tus ojos de plata
Mirándome noche y día 
Velando por mi vida;
Y en mis libretas del colegio
Te pintaba…
Dibujaba tu sonrisa
Coloreaba tus grandes alas
Con la fe que te procesaba…
Ángel de la guarda…
Cuánto te necesité
Aquel día…
No estabas…
Quizá fue el dolor
El que cerró tus párpados
Quizá tus manos temblaron
Se helaron, quizá… 
Pero sigues ahí
Entre las páginas de mis libros
Entre mi sueños y bajo mi almohada
Aun cuando tú…no estabas…
Hoy, ya no pinto tus alas ni tu sonrisa;
Te escribo con la tinta de mi alma
Yo, te sigo amando
Y tú, sigues tintándome el alma...

Ginebra Blonde

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